martes, 26 de junio de 2012

Una letra con más que palabras


Rise against - Hero of war

Una canción puede conquistarte de muchas y diversas maneras. Puede hacerlo, evidentemente, por su música, por el momento o el lugar en el que la escuchaste, por la compañía de la que gozaras y por mil motivos más pero las grandes canciones además logran quedarse contigo para siempre por lo que cuentan, por su letra. El tema de hoy posee una melodía sencilla pero interesante, pero sobretodo el tema de hoy cuenta una historia brillante. Una gran historia siempre tiene mérito pero hacerlo entre los limitados márgenes de una canción siempre me ha parecido un verdadero milagro. Contar tanto en tan poco tiempo es un motivo más para imantarte a una canción. 




Todo comienza con una pequeña invitación, una insinuación de todo lo que podríamos llegar a conocer y llegar a ser como personas. Es la puerta que abre la entrada al ejército. 



He said, "Son,
Have you seen the world?
Well, what would you say
 If I said that you could?
Just carry this gun, you'll even get paid.
I said, "That sounds very good."

Él dijo,"Hijo, ¿has visto el mundo?
Bien, ¿qué dirías si te dijera que podrías?

Simplemente lleva este arma, e incluso te pagarán.
Dije, "Eso suena bastante bien"


Por el momento solo nos acompaña el sonido de las guitarras y la voz encargada de relatarnos toda la historia. La música es franca y no tiene ninguna complicación. El cantante comienza a definir nuestro nuevo aspecto tras aceptar la invitación previa.


Black leather boots,
spit-shined so bright

They cut off my hair but it looked alright

We marched and we sang
 We all became friends
As we learned how to fight

Botas negras de cuero,
lustradas por saliva brillan bien
Me cortaron el pelo pero me veía bien

Marchamos y cantamos, nos hicimos amigos,
 mientras aprendimos a luchar.


Hemos llegado al segundo 55 y el estribillo se encarga de relatar lo que se espera de nosotros, aquello por lo que nos alistamos, la esencia de nuestro compromiso.


A hero of war.
 Yeah, that's what I'll be
And when I come home 
They'll be damn proud of me
I'll carry this flag
 To the grave if I must

Because it's flag that I love
And a flag that I trust

Un héroe de guerra. 
Sí, eso es lo que seré

Y cuando vuelva a casa
 estarán orgullosos de mí
Llevaré esta bandera a la tumba si tengo que hacerlo

Porque es la bandera que amo

y la bandera en la que confío


Ya estamos asentados en la historia y el relato comienza a ganar en crudeza, a toparse con la realidad. El mundo real ya nos ha recibido y nuestra misión es enfrentarnos a el.


I kicked in the door 
I yelled my commands
The children, they cried 
But I got my man
We took him away
 A bag over his face
From his family and his friends

They took off his clothes 
They pissed in his hands
I told them to stop 
But then I joined in
We beat him with guns
 And batons not just once
But again and again

Di patadas en la puerta, grité mis órdenes
los niños lloraron, pero encontré a mi hombre.
Lo sacamos de allí, con una bolsa sobre su cara,
lejos de su familia y amigos.

Le quitaron la ropa, 
orinaron en sus manos,

les dije que pararan, 
pero luego me uní.
Le golpeamos con armas
 y bastones no sólo una vez
sino una y otra vez.


En el 2'09'' vuelve el coro para recordarnos nuestros ideales, para darnos fuerzas para continuar adelante, para, en definitiva, concienciarnos sin mirar atrás. Un lavado de cerebro necesario. En el 2'37'' la guitarra nos regala un pequeño requiebro como queriéndonos indicar que de aquí en adelante debemos prestar aún más atención a la historia. Tras esas notas sucede esto:


She walked through bullets and haze
I asked her to stop
 I begged her to stay

But she pressed on
So I lifted my gun

And I fired away


Ella caminó entre las balas y el humo,
le pedí que se detuviera, 
le rogué que se quedara
pero ella insistió.
 Así que levanté mi arma 
y disparé.


Justo en este instante, en el 3'01'' aparece una batería y su sonido de redoble hace que nuestra mente deje de imaginar para comenzar a concretar con hechos. Es un Punto de No Retorno pequeño en duración pero enorme en significado. Esa percusión suena como si el batallón militar en el que estamos se transformara en un pelotón de fusilamiento. La batería es la encargada de adelantarnos los acontecimientos que inmediatamente después narrará la única voz de el tema. 


And the shells jumped through the smoke
And into the sand 
That the blood now had soaked
She collapsed with a flag in her hand
A flag white as snow

Los cartuchos saltaban entre el humo,
y sobre la arena 
que ahora estaba manchada de sangre
Ella se derrumbó con una bandera en su mano,
una bandera tan blanca como la nieve.


Hemos visto como la historia que comenzó con ilusiones y promesas de un mundo desconocido se ha tornado en desgracia por enrevesados motivos. Falta de preparación, inexperiencia, miedo o pura imprudencia han convertido nuestros actos en desgracia y nuestros sueños en pesadillas. En escasos minutos hemos vivido toda una historia completa. Una narración con los detalles necesarios para entender un todo bastante más global. Sólo nos queda escuchar, tras un nuevo estribillo, el remate final de la canción y ver como tras conocer todos los datos las palabras que nos introdujeron en esta historia siguen siendo las mismas pero su significado ha cambiado para nosotros, y lo ha hecho para siempre.


He said, "Son, Have you seen the world?
Well, what would you say
If I said that you could?

Él dijo,"Hijo, ¿has visto el mundo?
Bien, ¿qué dirías si te dijera que podrías?




martes, 12 de junio de 2012

Una detonación controlada

Phil Collins - In the air tonight 

El Punto de No Retorno de una canción es el elemento fundamental que consigue anclarnos a un tema. Pero este instante puede lograr más cosas, puede lograr que toda una canción gire a su alrededor y sin su presencia difícilmente la creación hubiese llegado a ver la luz. Hay canciones con un toque magistral, un matiz único e imprescindible, y hay canciones que nacen para poblar con sus hojas el tronco que supone su Punto de No Retorno. Esta composición de Phil Collins, a simple vista, no posee nada realmente magistral, pero su clímax es tan brillante que por si solo es capaz de engancharnos a toda la canción. 


Lo primero que hacen nuestros altavoces es vibrar de un modo muy tenue con una percusión prefabricada. Es un sonido repetitivo, automático, sin alma. La primera guitarra aparece en el quinto segundo. Todo lo que escuchamos suena metálico, pesado. No hay ninguna melodía, ni nada que se le parezca. A partir del segundo 20 los sonidos se dulcifican un poco con la llegada de algún órgano. Esas notas mantenidas en el aire aligeran la composición y desentrañan un pequeño atisbo de melodía. Muy escasa, pero por fin se desvela algo. En el segundo 51 surge la voz encargada del relato y lo primero que pronuncia es el título de la canción. lge la voz encargada del relato y nece inalterable con los elementos que se han presentado hasta el momento. Las guitarras realiEn su narración se esconde la verdadera música del tema. Estrofa tras estrofa el tema permanece inalterable con los elementos que se han presentado hasta el momento. Lo que cuenta es importante pero el escenario parece poco iluminado. Las guitarras realizan algún que otro guiño, las teclas del órgano desprenden alguna nota más y la narración sigue hacia adelante pero la esencia continúa casi estática. Los segundos siguen pasando. La segunda vez que escuchamos el título del tema, en el 2'13'' la voz ha ganado un marcado eco, una especie de segunda voz que refuerza su presencia. Su importancia va en aumento, la intensidad de la canción también. Nada más atravesar la frontera del tercer minuto escuchamos un efecto distorsionador sobre la voz principal. Apenas se aprecia pero la música nos va rodeando cada vez más. Parece que en breve algo va a suceder. Las notas de los sintetizadores generan cada vez más energía. Prepárate. 



Sube el sonido de tus altavoces, el Punto de No Retorno ha llegado. La batería destroza en el 3'40'' la paz reinante con un potente martilleo acústico que hace explotar el tema definitivamente. Es una batería accionada por brazos humanos. No hay ninguna máquina encargada de su sonido. No se trata de el sonido prefabricado que escuchamos al principio. La percusión, que suele ocupar un lugar secundario en cualquier canción, ha llegado para hacerse notar y detonar cualquier creencia preestablecida sobre ella. La canción muta por completo. En este instante nos damos cuenta de que apenas había sucedido nada en todo el tiempo transcurrido. Es un tema nuevo y desde ahora hasta el final la batería marcará la melodía a seguir. El relato continúa, debe continuar, pero ya nada será igual. Los tambores se han adueñado de toda la estancia y estamos imbuidos por su presencia. 

La próxima vez que escuchemos este tema notaremos con mucho más detenimiento que el camino sobre el que nos desplazamos sólo puede entenderse con ese Punto de No Retorno tan soberbio. Todo lo demás es importantísimo pero el momento cumbre de la percusión será lo que se quede en nuestro cerebro. Nuestras manos esperarán agazapadas hasta que llegue el momento de dibujar sobre el aire los golpes que la batería expulsa a través de nuestros altavoces. Te reto a permanecer inmóvil mientras el estruendo se apodera de tu oídos. Inténtalo. Sólo podrás intentarlo.

lunes, 4 de junio de 2012

Palabras melosas 44. Bruce Springsteen & The E Street Band


"I check my look in the mirror

I wanna change my clothes, my hair, my face"

Dancing in the streets
Bruce Springsteen & The E Street Band

lunes, 21 de mayo de 2012

Palabras melosas 43. Fleetwood Mac


"I've been afraid of changing
'Cause I, I've built my life around you
But time makes you bolder, Children get older
I'm getting older too"



Landslide
Fleetwood Mac

martes, 15 de mayo de 2012

Un juego de agudeza sonora


Supertramp - Goodbye stranger


Las notas del primer instante de esta canción aparecen precipitadas, como queriendo dar a entender que quieren llegar rápidamente a nuestros oídos. Es sólo un instante porque acto seguido los acordes del piano se estabilizan para construir unos cimientos sobre los que poblar todo el tema. En el segundo ocho surge la narración necesaria para continuar edificando pero es en el 27'' cuando el estruendo de la batería rompe la tranquilidad reinante hasta ese momento. Únicamente son cuatro golpes de la percusión pero suficientes para presentarse ante nosotros y dejar de manera permanente una ligera base rítmica tras los acordes del piano. Cada golpe de la batería está apoyado por una guitarra casi imperceptible.

El tema sigue avanzando cada vez con más elementos hasta que poco antes de alcanzar la frontera del primer minuto vuelven los golpes de la percusión. Esta vez se dobla la cantidad y tras el octavo golpe musical la canción cambia de dirección. En el 1'14'' la base rítmica continúa pero sobre ella el piano decide aportar algo más que acordes y comienza a desgranar poco a poco unas notas más agudas capaces de engancharnos al tema de un modo más certero. Cuando el piano nos tiene totalmente engatusados con sus sencillas pero hipnóticas notas llegamos al 1'30''. En ese momento la canción vuelve a sufrir otro giro inesperado regalándonos un Punto de No Retorno sorpresivo y tranquilo. La voz principal ha cambiado y nuestro nuevo narrador utiliza el falsete para llamar nuestra atención, para dejarnos su marca en nuestro recuerdo, para que en definitiva, no olvidemos este estribillo nunca más. No es un momento espectacular pero si claramente diferenciador. El tema continúa progresando y en el 1'44'' la batería retoma parte de su protagonismo. En el minuto dos la voz que ya conocíamos regresa para enredarse coralmente con nuestra nueva y aguda compañera.



En el 2'25'' la estructura musical parece volver al comienzo del tema pero incorporando varios sonidos nuevos. Los golpes de la percusión tardan menos en llegar, 2'46'', puesto necesitamos volver a disfrutar con el estribillo y sabemos que la percusión es la antesala de ese estribillo. En el 3'03'' vuelven a aparecer las notas melódicas del piano y dos nuevos invitados. El primero de ellos es un silbido que camina sobre el dibujo planteado por el piano y en el 3'11'' una guitarra se suma a ese mismo trazado. Ocho segundos después vuelve el agudo estribillo para volver a conquistarnos y algo más tarde, en el 3'48'', también regresa la voz principal para entrelazarse con la otra voz que hasta ahora mismo nos guiaba. Ambas voces continúan con su diálogo cerca de medio minuto para dejar de jugar al unísono en el 4'30'' y dejar paso al último giro musical. Los golpes de percusión esta vez no dan paso a las notas del piano sino a una guitarra que estaba deseando acaparar todo el espacio posible. Durante toda la canción ha gozado de apariciones esporádicas pero es ahora cuando puede desarrollar todas sus notas sin tener que ceder el protagonismo a ningún otro instrumento. De aquí hasta el final se convertirá en el único centro de atención.

Mientras nuestros oídos escuchan esa guitarra que ansiaba libertad parece difícil recordar dentro de la misma canción aquellas notas del piano y aquel estribillo tan agudo. Sin embargo la próxima vez que retomemos este tema, y estemos disfrutando con el juego de voces del estribillo, nos será difícil imaginar que al final del tema nos espera una guitarra tan rockera. 

El Disco redondo al que pertenece esta canción aquí.

martes, 8 de mayo de 2012

Palabras melosas 42. Van Morrison


"And as I'm looking at the colour of the leaves,
in your hand.
As we're listening to Chet Baker on the beach,
in the sand"

When the leaves come falling down
Van Morrison

martes, 1 de mayo de 2012

Caminar a hombros de un gigante


Passengers y Luciano Pavarotti - Miss Sarajevo


Los instrumentos que participan en esta canción ya están tocando cuando nosotros, oyentes, irrumpimos en la sala. La sensación que vivimos en los primeros segundos es la de estar llegando, andando, al concierto. Nos vamos acercando al centro del escenario y poco a poco percibimos como todos los rumores sonoros logran ceñirse en el nivel de audio correcto. Los sonidos alcanzan su plenitud cuando nos aposentamos en el centro de la acción. Desde el segundo treinta comenzamos a disfrutar el tema con toda su intensidad. Ahora que todo está en su sitio la voz narradora puede comenzar a expresarse, segundo 38. Bono comienza a cantar rodeado de todos los instrumentos convocados. Únicamente se incorporará un solo invitado más y se hará notar cuando la canción haya sobrepasado su ecuador.



El ritmo sosegado se mantiene durante todo el recorrido que realiza la construcción musical. Paso a paso la canción avanza sin sobresaltos, no los necesitamos para ir desgranando el texto propuesto. En el 1'16'' se incorpora el coro y mantiene la estructura establecida. Esa unión es lo más parecido a un estribillo que vamos a encontrar y se ve salpicada por el agudo falsete que nos regala Bono en el 1'20''. Tras esta mínima agitación el tema continúa con su imperturbable caminar. En el 1'36'' el coro comienza a apoyar la narración principal. Esas segundas voces se convierten en el eco que las palabras de Bono necesitaban para resaltar su presencia. Pasan los segundos y el disimulado estribillo que vivimos en el 1'20'' se repite casi de idéntica forma y fondo en el 2'14''. No es exactamente igual porque un nuevo instrumento ha llegado para hacer que la intensidad de toda la canción comience a despegar. Los violines han llegado para quedarse. Su sonido va de menos a más hasta que en el 2'32'' dejan paso a un Punto de No Retorno vocal impresionante. La voz de Luciano Pavarotti inunda hasta el último rincón de nuestro sistema auditivo y la composición en ese instante queda grabada en nuestra memoria. Toda su intervención es magnética y no podemos evitar quedarnos enganchados a su derroche vocal. Los violines son el aliado perfecto para que su voz se enmarque en el mejor entorno posible. Su increíble voz se extiende durante 82 segundos pero conquista por completo todo el tema. Es un Punto de No Retorno largo pero el tiempo parece evaporarse mientras se produce. Pavarotti se convierte en un Gulliver musical y cualquier cosa que se mida con él se antoja diminuta. La comparación es demoledora. Su voz se encuentra fuera de su escenario habitual pero aún así logra redefinir todo lo que hasta ese momento habíamos oído. 

En el 3'56'' retornan los actores que ya conocíamos pero tras lo que hemos escuchado su vuelta es algo circunstancial. No pueden competir y enseguida donan su espacio para que lo ocupen los violines. Tras la marcha de la voz que logró la exquisitez sonora únicamente ellos se atreven a aportar algo nuevo con su peculiar deambular musical. Su vaivén de cuerdas logra mecernos en el ritmo perfecto para paladear todo el camino recorrido. La canción ya no puede aportarnos nada más y por eso decidimos salir de la sala. Comenzamos a alejarnos mientras nuestra memoria todavía está catalogando la voz de ese tenor que logró desarmar nuestros conceptos musicales. Su inesperada aparición todavía retumba en nuestro interior. Grande, gigante, en todos los sentidos. 

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