miércoles, 29 de diciembre de 2010

Palabras melosas 8. Stevie Wonder

"Oh please Mr Father tree, the tallest of all

I'm so afraid and so alone

Could one little Christmas tree
so tiny and small
Light up someone's home"

One Little Christmas Tree 
Stevie Wonder

jueves, 23 de diciembre de 2010

Una idea con dos lecturas

Derek and The Dominoes - Layla


Nada, absolutamente nada, puede llegar a hacernos sospechar que la abrumadora y caudalosa cascada musical que desprenden las arrolladoras guitarras y la potencia vocal de un cantante que grita casi desesperado pudiera convertirse en un manso y tranquilo lago sonoro. Después de la tormenta siempre llega la calma pero en este caso la tormenta es tan excelsa que la calma debe tener mucha calidad para poder estar a su altura.


Todo comienza con un riff de guitarra atronador, brillante y pegadizo desde el primer momento. En el segundo 10 se suman a su propuesta musical más guitarras con diferentes punteos para convertirse en una orquesta de cuerdas eléctricas. Con la llegada de la voz principal, cuando casi hemos llegado al medio minuto de canción, la algarabía se reduce bastante y gana algo de protagonismo la batería. Sus redobles al finalizar cada estrofa vocal se dejan notar. En el segundo 41 se produce la primera explosión del estribillo. La voz principal grita el nombre de la protagonista, las guitarras vuelven al riff original con todo su esplendor y los coros ayudan a suplicar por la mujer amada.




Hemos recorrido el primer minuto completo de canción y el siguiente va a tener una estructura completamente matemática. En el segundo 58 vuelve la estructura de estrofas para desembocar en otro potente estribillo y en el 1'30'' se repite exactamente la misma composición. El segundo minuto debería comenzar con la misma idea pero en lugar de eso el estribillo se repite y termina apagándose para que las guitarras acaparen todo el protagonismo jaleadas por alguna voz de apoyo. Las variaciones son intensas y en el 3'07'' la cascada sonora cambia el ritmo. Asistimos a un Punto de No Retorno extraño porque todo lo que hasta ahora nos era familiar en este tema cambia de arriba abajo. Hemos llegado al lugar donde las aguas circulan mucho más tranquilas. El río de guitarras abandona los rápidos surcados y llega el momento de deleitarse con la travesía. Es la hora de dejarse llevar, de disfrutar del paisaje, de apreciar el camino recorrido desde un lugar más confortable. Nos esperan tres minutos de piano y guitarras relajadas. Si intentamos recordar como comenzó el tema nos será difícil asegurar que se trata de la misma canción. Los punteos vertiginosos, los gritos y los coros se han transformado en un piano majestuoso que nos guía sin dilación junto a los suaves y dulces sonidos de una guitarra mucho más sosegada, más serena. Esa unión musical consigue hacernos olvidar la agradable tormenta en la que nos vimos envueltos y cuya calma posterior estamos paladeando gustosamente. Nos empapamos con las cuerdas de las guitarras y sus vibrantes sonidos y ahora nos estamos secando con el calor que desprenden otras cuerdas, las de un piano absorbente que consigue hacerse dueño de una melodía tan sencilla como perfecta. 

viernes, 17 de diciembre de 2010

Palabras melosas 7. Bruce Springsteen & The E Street Band

"And I know you're lonely
For words that I ain't spoken
But tonight we'll be free

All the promises'll be broken"

Thunder Road
Bruce Springsteen & The E Street Band

viernes, 10 de diciembre de 2010

El brillo de la oscuridad

Smashing Pumpkins - Ava Adore

 

Sólo partiendo desde la más absoluta oscuridad puede comenzar este tema, y lo hace con varios chispazos que provocan el encendido de la sala de máquinas. El tema comienza a caminar a golpe de verdaderos martillazos que marcan de un modo muy claro el ritmo y la cadencia musical. De la misma oscuridad de la que surgieron las primeras chispas surge la voz principal de este tema en el segundo 18. Mientras tanto la sala de máquinas permanece inalterable. Cuando aún no nos hemos familiarizado con el modo semiarrastrado de proyectar la voz que tiene Billy Corgan llegamos al primer estribillo. Este llega en el segundo 36 para mostrarnos un pequeño alto en el camino, un respiro para alejarnos de los golpes que marcan la canción pero de cuyo sonido no podemos librarnos del todo. Asoman brevemente las cuerdas de las guitarras pero su momento aún no ha llegado. Los golpes cambian de timbre pero su cadencia persevera.





La canción continúa tras este receso, vuelven los martillazos pero
el sabor del ligero ágape ha hecho mella en la música. A partir de este momento el tema intentará estar instalado, el mayor tiempo posible, en las partes menos oscuras. Es decir, la canción se convierte en un estribillo casi constante alternado con momentos más tranquilos. El desarrollo casi invierte la tendencia habitual puesto que habrá más tiempo efectivo de momentos álgidos que partes previas a estos.

Desde el 2'02'' hasta el 2'21'' Corgan cambia el modo estructural de su narración. El modo el que nos hace llegar la letra de la canción es mucho más directo. Frases cortas e inmediatas. Todo esto sucede porque ha comenzado a abonar el terreno para que llegue el Punto de No Retorno.

P
oco después del meridiano temporal, en el minuto 2'23'', la oscuridad desaparece por unos  instantes y toda la estancia se impregna de colores brillantes y vivos. Los martillazos que han marcado todo el camino desaparecen para que la luz llegue a todos los rincones, nada debe interponerse entre la melodía que al fin nos alumbra y nuestros oídos. Las guitarras son las portadoras de toda la energía y durante unos radiantes segundos toman todo el poder que hasta ese instante habían ansiado, lo intentaban en cada estribillo pero siempre eran reprimidas por la matemática constancia de la percusión. Es un Punto de No Retorno breve pero intenso. Tras él volvemos al sendero ya conocido pero con esas guitarras aún en la memoria. La luz se ha adueñado del tema, podemos vislumbrar el brillo en mitad de la oscuridad. Después de esa lucidez la percusión vuelve al protagonismo que nunca abandonó de forma definitiva y viviremos un par de estrofas para volver al lugar más confortable del tema: su estribillo.

Finalmente la canción se evapora de un modo inverso al que
comenzó. Poco a poco todos los sonidos van desapareciendo hasta que únicamente quedan sobre nuestros oídos las chispas que ayudaron a explosionar el tema en su inicio. La energía que nos ayudaba a desplazarnos ha concluido y con ella el camino por recorrer.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Palabras melosas 6. Los Rodríguez

"Ideas singulares, palabras que no paran de girar en mi interior
Mentiras y verdades que parecen iguales donde suena mi tambor"


La puerta de al lado
Los Rodríguez

jueves, 25 de noviembre de 2010

El instrumento del alma

Sam Cooke - A Change is gonna come



El comienzo del tema parece compuesto de manera específica para ambientar el instante previo al beso que los protagonistas de cualquier película llevaban esperando todo un metraje. Después del beso aparece el instrumento que protagoniza toda la canción, un instrumento irrepetible por su calidad y su perfecto afinamiento: la voz de Sam Cooke. Van Morrison dijo en una ocasión, en referencia a él, que para cantar había que hacerlo desde la parte más profunda del alma, si esto no sucedía el artista no merecía la pena. Por eso nuestro protagonista es tan grande, es todo alma, puro Soul. El resto de instrumentos mortales se limita a cortejar al principal. La batería acompaña y marca el paso mientras que los violines y metales proporcionan un colchón precioso, pero no protagonista, donde el solista puede desarrollar de un modo mucho más potente y elegante todos los matices que generan sus cuerdas vocales. La canción es un paseo, durante el cual todos los sonidos caminan de la mano guiados por la única melodía que podremos recordar. He ahí su brillantez. Lo que en cualquier otra canción sería fácilmente tarareable en este tema es sólo un buen revestimiento que en ningún instante pretende desplegar un ápice de protagonismo sobre el resto de ingredientes orquestales. La voz es la reina, la voz manda y dibuja el trazo exacto sobre el camino de la modulación sonora.


Toda esta dulce armonía musical sólo se ve invadida por la pequeña batalla que plantean los metales en el 1'23'' y más tarde en el 2'30''. Estas trompetas son las encargadas de enseñarnos que en nuestro paseo también existen curvas, por eso cada vez que desaparecen de la canción el sendero es mucho más llevadero y el horizonte parece mostrase más diáfano frente a nosotros. Justo después de enmudecer los instrumentos de viento es cuando la voz se escucha con más claridad, se la puede escuchar casi en soledad. La voz es capaz de crear un
Punto de No Retorno por si misma, sin necesitar nada más para capturarnos. Son unos pocos segundos pero es suficiente tiempo para retomar el camino emprendido e invitar de nuevo a todos los acompañantes que iniciaron la travesía.

La canción se desarrolla emparedada entre dos grandes momentos orquestales protagonizados por los violines. No existen solos musicales a mitad de camino. Únicamente al principio y al final hay espacio para que suenen los instrumentos sin la voz que hace de estos escasos tres minutos una obra magnífica. Existe una historia que contar y no se puede desperdiciar ni un instante del relato en artificios. Antes y después puede ser, pero durante no. De hecho, los paréntesis que contienen el relato podrían
considerarse como las tapas del libro que leemos o los créditos entre los que se encaja cualquier película.

El tema finaliza recordando el modo cinematográfico con el que empezó. La trama ha concluido, los protagonistas son felices y la historia se cierra. La traducción a notas musicales de todo esto se produce con una elegante subida de violines con final en alto. Sólo falta un cartel donde podamos leer ‘
The End

martes, 9 de noviembre de 2010

Palabras melosas 5. Rise Against

"He said, son, have you seen the world?
Well, What would you say
If I said that you could?"

Hero of war
Rise Against

jueves, 28 de octubre de 2010

Solemnidad sonora

Van Morrison - The Healing Game

The healing game es una obra de arte de principio a fin. Se trata de una de esas canciones en las que es facilísimo quedar atrapado por una innumerable cantidad de buenas ideas y una ejecución musical aún mejor. Poco a poco se van sumando elementos para lograr un evolución increíble.


El tema comienza con un solitario pero solemne órgano Ham
mond que inunda toda la estancia. Su sonido es el encargado de avisar al afortunado oyente de que está a punto de asistir a algo único, casi místico. Quince segundos después aparece en escena el maestro de la ceremonia quién, más hablando que cantando, y como si de un sermón épico se tratara comienza a relatarnos los primeros versos. Su voz hace que el organo palidezca y ocupe su lugar de acompañamiento. Hemos llegado al segundo 46 y acaba de incorporarse a esta reunión, con paso lento, una batería que ayuda a marcar un poco los pasos del camino. Su función parece más cercana a la de un metrónomo que nos ayuda a seguir el ritmo. Su utilidad como instrumento de percusión aún no es necesaria. En el 1'17'' la canción llega a su Punto de No Retorno con la aparición de una segunda voz, más instrumentos y las teclas de un piano golpeadas como por gotas de lluvia. La canción nos ha capturado y no ha sido necesario ningún malabarismo musical. Su despliegue instrumental aún no es muy numeroso pero ya no podemos escapar.

























Una vez que nuestros sentidos han sido capturados comenzamos a disfrutar sin reservas. En el 1'45'' la batería se pone en marcha tras casi dos minutos de canción para dar la bienvenida a un saxofón capaz de desprender notas hipnóticas. Su sonido es único y tras él escuchamos como las gotas de lluvia siguen cayendo en el orden correcto sobre las teclas del piano. Este brillante saxofón nos deja en el lugar exacto, 2'34'', para ver como el coro se pone en pie y pide ser admitido en este relato musical. En el 2'48'' El coro es admitido y se une a la voz principal para ser respaldados por la segunda voz primigenia. Junto a todo el grupo avanzan los segundos hasta que llegamos al 3'34'' donde nuestros acompañantes se ponen en pie para comenzar a solicitar su momento de protagonismo. Cada instrumento es capaz de desplegar su propia esencia. Desde el 4'03'' la parroquia musical al completo comienza a desarrollar toda su fuerza y llega un momento en el que las voces se convierten en la parte musical y los instrumentos parecen tomar la iniciativa de la letra con diferentes variaciones perfectamente ajustadas entre ellos. Minuto y medio de éxtasis orquestal que concluye cuando la batería decide cerrar la puerta de la interpretación con un portazo de tambores. La canción ha concluido y es tiempo para la meditación.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Palabras melosas 4. Los Secretos

"Ya no persigo sueños rotos
Los he cosido con el hilo de tus ojos
Y te he cantado al son de acordes aún no inventados"

Pero a tu lado
Los Secretos

viernes, 1 de octubre de 2010

Establecidos en el placentero caos

Extremoduro - La ley innata

Desde la primera escucha de este disco sus canciones tienen algo, no engancha desde el primer instante pero deja un sabor especial que hace que volvamos a él para intentar paladear de nuevo sus notas y encontrar que se esconde bajo sus sonidos. Tras un par más de escuchas quizás seguimos sin descubrir de manera nítida donde se esconde la magia de las composiciones pero para entonces, y sin habernos dado cuenta, estaremos completamente imbuidos por toda la obra.



Este disco consigue sonar mejor cada vez que lo escuchamos y la poesía que se desliza entre sus melodías es capaz de tatuarnos diferentes estrofas sobre nuestro cuerpo gracias a la fuerza de sus palabras. Lo primero que llama la atención es el formato del disco. No se trata de canciones sueltas unidas por una idea común sino que es una gran idea desarrollada durante más de cuarenta y cinco minutos que se divide en varios movimientos como si de una obra clásica se tratara. La intensidad es enorme en todo momento e incluso los momentos más tranquilos son potentes en sus sonidos y sus letras. Estas no destacan por su gran poesía pero logran llamar nuestra atención con fragmentos tan acertados y penetrantes como este "se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas" "A tu lado he perdido la ambición", "Busco un mundo mejor y escarbo en un cajón por si aparece entre mis cosas" o "Necesito saber de donde sale el sol y de que se esconde".

 
La obra comienza con una Dulce introducción al caos seguida de cuatro movimientos basados en esa apertura y finaliza con una coda flamenca. La idea desarrollada se reescribe una y otra vez con diferentes tempos y acompañada por diferentes modos de lectura. Los sonidos amables y suaves de las guitarras son los encargados de presentarnos las primeras melodías pero poco a poco conforme vamos descubriendo los siguientes movimientos, y con una cadencia perfecta, van surgiendo muchos más instrumentos. Los violines poco a poco toman protagonismo y los sonidos de viento también hacen acto de presencia para desarrollarse dentro de una obra que destaca por andar y desandar un camino de ida y vuelta. La intensidad sigue creciendo con las diferentes evoluciones de los movimientos y explota con toda su crudeza en el tercer movimiento no sin antes regalarnos la presencia de unas trompetas con fuerte acento mexicano en el último tramo del segundo peldaño de la composición. El tercer acto es el más violento de todos, es aquí donde las guitarras toman el control absoluto sobre la situación. En esta parte de la obra no hay sitio para piruetas orquestales y la música se convierte en una tormenta cuyos truenos y relámpagos son generados por las guitarras, la batería, el bajo y una única voz que se suma como un instrumento más para gritar todo lo que lleva en su interior. Tras el rock tormentoso llega la calma del cuarto movimiento que nos ayuda a disfrutar de un ritmo más lento y nos invita a reflexionar sobre el camino recorrido. La tormenta ha dejado sedimentos guitarreros pero se ha llevado por delante toda la percusión que necesitará unos minutos para volver a incorporarse a la senda que marca el tema principal. El disco se cierra con una curiosa coda flamenca que aunque ajena a todo lo anterior guarda en su interior algunos de los sabores de lo escuchado previamente, el eco permanece. Caos exquisito.

martes, 14 de septiembre de 2010

Palabras melosas 3. Elton John


"And I thank the Lord for the people I have found,
I thank the Lord for the people I have found"


Mona Lisa and mad hatters
Elton John

sábado, 11 de septiembre de 2010

Solitariamente acompañados

Love - Alone again or

Si esta gran canción fuera una obra teatral podríamos decir que su estructura se divide en diferentes actos. Cada partición es muy similar al resto pero siempre con elementos diferentes y distintivos. Está dividida en cuatro compartimentos semejantes cuyo motor de arranque en todos ellos es siempre la batería.



La bienvenida a la obra nos la da un instrumento de cuerda. El primer acto surge con una tímida guitarra que casi aparece como no queriendo molestar y poco a poco va ganando intensidad hasta que la percusión parece darle permiso a toda la canción para arrancar definitivamente en el segundo 20. Es el momento de añadirle contenido a la música y para ello surgen varias voces dobladas unas sobre otras. La guitarra que nos recibió en nuestra primera mirada al escenario ha cambiado su melodía y se desarrolla bajo el techo de las voces recién llegadas. En ese mismo segundo, tras las voces y la guitarra, han aparecido nuevos actores en forma de violines. Su presencia parece inapreciable pero poco a poco su importancia pasará de secundaria a coprotagonista de toda la acción. En el segundo 40 se exterioriza la primera incursión de una trompeta. Es una aparición mínima pero suficiente como para saber que se encuentra sobre el escenario.


Tras esto concluye el primer acto y la escena vuelve a su decorado inicial dejando sobre la estancia la presencia solitaria de la tímida guitarra primigenia. Se repite la estructura y de nuevo las seis cuerdas desarrollan un pequeño monólogo. Hasta el 1'04'' se repite la misma organización inicial y la guitarra elabora un lenguaje casi acústico que se ve roto de nuevo por la llegada de las voces y la batería. Y como si de un espejo encargado de reflejar situaciones ya vividas previamente se tratase, los interpretes se alinean para repetir los sonidos del primer acto con algunas ligeras variaciones. En este segundo acto el violín necesita y pide más protagonismo. Sus notas comienzan a perder la timidez y nos es mucho más fácil localizarlas sobre las tablas.

En el 1'29'' comienza el tercer acto que será el que lleve la canción hasta las cotas más elevadas y con ello al Punto de No Retorno. La estructura una vez más se repite pero en está ocasión la ruptura de batería en el 1'47'' dará paso a un potente diálogo entre una majestuosa trompeta y un elegante pero poderoso grupo de violines. Ha llegado el momento culminante de la obra, ellos son los protagonistas inapelables y es el momento de desplegar sobre nuestros oídos sus mejores interpretaciones. Son pocos segundos pero tan intensos que la canción se queda para siempre en la memoria gracias a lo que sucede desde el minuto 1'47'' al 2'12''

En el 2'13'' comienza el cuarto y último acto. Se recupera la calma con la que comienza cada fragmento para presentar de nuevo a todos los integrantes de la obra. Vuelven las cuerdas rasgadas de la guitarra hasta llegar al 2'31'' donde se ponen en acción los protagonistas por última vez tras un nuevo golpe de la percusión. La arquitectura sonora es casi idéntica a la desplegada en la segunda parte de la obra. A partir del 2'55'' el escenario se queda casi en penumbra para que pueda empezar a despedirse aquella guitarra cuyas tímidas notas dieron forma a esta estupenda construcción musical. Es el epílogo perfecto para cerrar esta parcelada armonía.

lunes, 9 de agosto de 2010

jueves, 22 de julio de 2010

Mujer, blanca, Soultera busca... la elegancia

Sharleen Spiteri - Melody

Hoy comienza una nueva sección de esta página, una sección que se encargará de cobijar algunos de los discos que más escucho, que me gustaría recomendar, que merecen ser devorados, y que creo que merecen un lugar especial. Son mis Discos redondos.

Este álbum se llama Melody porque no podía llamarse de mejor forma. Se trata de once temas donde lo que más destaca son las melodías, unas melodías sencillas, elegantes y pegadizas. Con la primera escucha es muy fácil que se nos queden pegadas muchas notas a nuestros pabellones auditivos, adosadas a nuestros tarareos. Esto ocurre por la cuidada producción, todo suena bien, en su sitio y rescatando sonidos de otras épocas y otros géneros. Sharleen Spiteri no es una cantante de Soul pero las notas que desprenden las trompetas desperdigadas por todo el disco nos transportan a las producciones de Berry Gordy, a una música más oscura, no en su contenido sino en sus sonidos. La cadencia tranquila, los coros acogedores…. Sharleen Spiteri ha hecho un disco de los de antes pero en el siglo XXI. Suena actual y al mismo tiempo rinde tributo a toda una época esplendorosa.


El disco comienza con mucha más fuerza de lo esperado, la primera canción,
It was you, se mueve en ritmos rápidos y ya se empiezan a apreciar los primeros sonidos negros, trompetas, agudos violines y una voz con capacidad de mando y potencia suficiente como para estar en primera línea. El segundo corte, All the times I cried, da un paso más allá pero guardando las ventajas del primero y añadiendo más melodías. La música gana en intensidad. En Stop I Don't Love You Anymore y Melody, tercera y cuarta canción, casi pueden vislumbrarse los ecos de Diana Ross & The Supremes, mucho soul. La parte media del disco son canciones elaboradas pero con un aire de sencillez tan abrumador que es un verdadero placer descubrir todos los sonidos e instrumentos escondidos tras esas armoniosas notas. El tema You Let me down nos descubre a una Sharleen lejos de Texas y cerca de Detroit, engalanada con un largo vestido de noche, iluminada con un único foco y cantando al frente de un gran escenario donde puede verse a una orquesta perfectamente uniformada al fondo de la tarima. El disco continúa, ya sin ningún disimulo, navegando por las aguas del río Soul hasta llegar al último tema. La última canción es el cierre perfecto para esta pequeña maravilla musical. Poca música, pocos instrumentos, pocos artificios vocales pero un verdadero imán para los oídos. ¿Es una canción francesa de los sesenta? ¿Simon & Garfunkel se han reunido y producen discos juntos? ¿Acaban de robarles las voces a todo un coro gospel en plena liturgia reflexiva? ¿Agotaron los recursos de azúcar para hacer algo tan dulce? No se que es pero te aseguro que si escuchas el disco este tema va a sonar más de una vez seguida, primero en tu reproductor y después en tu cabeza. ¿No parece el mundo un lugar mejor tras escuchar este Francoise?

martes, 1 de junio de 2010

Palabras melosas 1. Extremoduro

"Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas.
Se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas"

Dulce introducción al caos
Extremoduro

domingo, 2 de mayo de 2010

Una idea y un estribillo

The Rolling Stones - You can’t always get what you want


Nada en el comienzo de esta canción puede llegar a hacernos aventurar el festival en el que poco a poco se convertirá este tema. Un tranquilo coro de féminas hace los honores a la hora de presentar un estribillo tan brillante en lo musical como en el contenido que transmite. Realmente es un comienzo desconcertante para tratarse de un grupo de rock. En el segundo 50, tras el coro, aparece una solitaria guitarra rasgada que rompe el silencio junto con las notas de una tímida trompeta que se deja notar en la lejanía. En el 1'15'' surge la voz del vocalista principal por primera vez. No es una gran voz pero su peculiaridad la hace grande. De momento se limita a repetir el texto que el coro nos enseñó en los primeros instantes. De este modo llegamos al 1'39'' y ya estamos atrapados. El cantante comienza a repetir el estribillo, e idea principal de esta construcción musical, y cuando este termine habremos llegado al Punto de No Retorno con la incorporación de un piano y una batería que no se echaba de menos pero que a partir de aquí será la base de todos los instrumentos que se van incorporando.

La canción no tiene muchos más momentos brillantes que resaltar, el grupo lo sabe y por eso celebra con algarabía cada llegada del estribillo con el mayor número de voces e instrumentos posibles. La música que habita entre esos momentos álgidos ralentiza un poco su ritmo y sobrevive a la espera de un nuevo momento de exaltación protagonizado por el estribillo. En el 3'50'' se adivina una voz negra resaltando en el coro que conseguirá que el final de este momento álgido acabe con unas voces con aires gospel tiñendo toda la canción de un sabor más negro. Algo más tarde, recién comenzado el quinto minuto de canción el tema vuelve a comenzar en lo que a letra se refiere pero se nota que los intérpretes están deseando que termine este breve regreso a los albores musicales para estallar con toda la fuerza posible en el último acercamiento a la clave de este tema: su estribillo. Veinte segundos después de comenzar el minuto seis las palabras se evaporan y ya sólo queda hueco para unos coros que siguen creciendo al mismo tiempo que aumenta el desenfreno de todos los instrumentos tocando al unísono. Los coros nos dieron la bienvenida y serán esos mismos coros los que se despidan de nosotros esta vez acompañados por todos los instrumentos que participaron en el desarrollo de la composición.

Hoy es un buen día para empezar


"Todo viaje de mil kilómetros comienza con un primer paso"
Lao-Tse

Varias fueron las canciones que me obligaron, en cierto modo, a crear esta página, todas ellas tarde o temprano irán apareciendo por aquí pero sin duda la idea que transmite el estribillo de este tema de los Rolling Stones hace que me decante por ella para dar por inaugurado este punto de encuentro musical. Esta página que hoy comienza, y todo su contenido, tendrá cosas buenas, cosas malas y seguro que también tendrá muchas cosas que mejorar. No dispongo de todo el tiempo del mundo para dedicarme al cien por cien a redactar estos textos ni tampoco la habilidad y creatividad suficiente como para que fluyan alegremente las ideas hasta tus ojos pero ya lo dice la canción: “No siempre puedes lograr lo que quieres, pero si lo intentas conseguirás lo que necesitas” Y por eso estoy aquí, para intentarlo una y otra vez. No será todo lo perfecto que me gustaría pero los intentos por hacerlo cada vez mejor serán constantes.
Acabo de lanzar la botella de champán contra la quilla de este buque así que ha llegado el momento de comenzar nuestro viaje. Toma asiento y sube el volumen.



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