jueves, 22 de julio de 2010

Mujer, blanca, Soultera busca... la elegancia

Sharleen Spiteri - Melody

Hoy comienza una nueva sección de esta página, una sección que se encargará de cobijar algunos de los discos que más escucho, que me gustaría recomendar, que merecen ser devorados, y que creo que merecen un lugar especial. Son mis Discos redondos.

Este álbum se llama Melody porque no podía llamarse de mejor forma. Se trata de once temas donde lo que más destaca son las melodías, unas melodías sencillas, elegantes y pegadizas. Con la primera escucha es muy fácil que se nos queden pegadas muchas notas a nuestros pabellones auditivos, adosadas a nuestros tarareos. Esto ocurre por la cuidada producción, todo suena bien, en su sitio y rescatando sonidos de otras épocas y otros géneros. Sharleen Spiteri no es una cantante de Soul pero las notas que desprenden las trompetas desperdigadas por todo el disco nos transportan a las producciones de Berry Gordy, a una música más oscura, no en su contenido sino en sus sonidos. La cadencia tranquila, los coros acogedores…. Sharleen Spiteri ha hecho un disco de los de antes pero en el siglo XXI. Suena actual y al mismo tiempo rinde tributo a toda una época esplendorosa.


El disco comienza con mucha más fuerza de lo esperado, la primera canción,
It was you, se mueve en ritmos rápidos y ya se empiezan a apreciar los primeros sonidos negros, trompetas, agudos violines y una voz con capacidad de mando y potencia suficiente como para estar en primera línea. El segundo corte, All the times I cried, da un paso más allá pero guardando las ventajas del primero y añadiendo más melodías. La música gana en intensidad. En Stop I Don't Love You Anymore y Melody, tercera y cuarta canción, casi pueden vislumbrarse los ecos de Diana Ross & The Supremes, mucho soul. La parte media del disco son canciones elaboradas pero con un aire de sencillez tan abrumador que es un verdadero placer descubrir todos los sonidos e instrumentos escondidos tras esas armoniosas notas. El tema You Let me down nos descubre a una Sharleen lejos de Texas y cerca de Detroit, engalanada con un largo vestido de noche, iluminada con un único foco y cantando al frente de un gran escenario donde puede verse a una orquesta perfectamente uniformada al fondo de la tarima. El disco continúa, ya sin ningún disimulo, navegando por las aguas del río Soul hasta llegar al último tema. La última canción es el cierre perfecto para esta pequeña maravilla musical. Poca música, pocos instrumentos, pocos artificios vocales pero un verdadero imán para los oídos. ¿Es una canción francesa de los sesenta? ¿Simon & Garfunkel se han reunido y producen discos juntos? ¿Acaban de robarles las voces a todo un coro gospel en plena liturgia reflexiva? ¿Agotaron los recursos de azúcar para hacer algo tan dulce? No se que es pero te aseguro que si escuchas el disco este tema va a sonar más de una vez seguida, primero en tu reproductor y después en tu cabeza. ¿No parece el mundo un lugar mejor tras escuchar este Francoise?

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