martes, 13 de enero de 2015

La emisora con una sola canción


Pink Floyd - Wish you were here


Encendemos la radio y vamos oyendo lo que emiten diferentes emisoras. La rueda de sintonización sigue girando y escuchamos diálogos, los sonidos armónicos de una orquesta  y finalmente detenemos el dial en la frecuencia que comienza emitir las primeras notas de una guitarra. El audio no es limpio, contiene los trazos sonoros que deja la aguja sobre el vinilo mientras este gira. La melodía desgranada es sencilla y logra que no volvamos a girar el dial en busca de alguna otra emisora. Queremos conocer más esta canción.

Justo antes de cruzar la frontera del primer minuto surge la guitarra que nos mostrará la melodía principal en todo su esplendor. El sonido es mucho más limpio, más directo y fundamentalmente mucho más cercano. El tema ya se ha puesto en marcha. En el 1'30'' la guitarra deja a un lado sus punteos para dejar paso a la voz encargada de la narración. Durante más de treinta segundos voz y guitarra caminan juntos sin la necesidad de más acompañantes. Lo importante es lo narrado y no necesitan adornos o distracciones musicales. En el 2'04'' la percusión hace su aparición y con ella más instrumentos capaces de hacernos valorar la sencillez y proximidad de lo escuchado hasta ahora. Las notas del piano se dejan oír de vez en cuando para aumentar el ámbito sonoro.


En el 2'39'' la guitarra vuelve a desgranar su selección de notas para recordarnos como empezó todo. La melodía es perfecta y logra que nos dejemos llevar por su enriquecedor sonido, pero algo ha cambiado. Las cinco cuerdas cuentan con un inesperado acompañante. La voz principal emprende su propia melodía secundando a la guitarra y tarareando las notas en un tono más agudo. Ese alarde vocal se quedará impregnado en nuestro cerebro y será uno de los principales motivos para volver a escuchar esta canción una y otra vez. Ese alarde, y el Punto de No Retorno que se produce inmediatamente después con la explosión que produce el nombre del tema. Estamos en el 3'16'' y la canción nos explica cual es el motivo principal de esta creación, el mensaje que pretende transmitir no puede ser más sincero y directo: Wish you were here, Ojalá estuvieras aquí. Esa es la idea y ese es el remate idóneo para una estructura y construcción musical tan sencilla como pegadiza.

En el 3'49'' la guitarra apoyada sobre un órgano vuelve a repetirnos una y otra vez las notas que hace algunos minutos encontramos casualmente en un escondido dial de la radio. Esas notas poseen un magnetismo especial y logran hacernos revivir mentalmente lo escuchado previamente sin la necesidad de volver a reproducirlo. Desde el 4'27'' la voz retorna para volver a realizar agudos punteos vocales sobre la melodía establecida. Es una forma perfecta para volver a degustar esas notas tan especiales. Una melodía que podría repetirse una y otra vez sin encontrar nunca su fin. Para evitar interrumpir la melodía a partir del quinto minuto el viento comienza a soplar cada vez más fuerte como queriéndose llevar la señal que llega hasta nuestra radio y de ese modo conseguir dos cosas, primero diluir la canción de los altavoces y segundo activar en nuestro recuerdo el tema. La canción ya está en nuestra memoria y ese sonido de viento evitará un final brusco e innecesario. Las notas ya forman parte de nosotros. 

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