martes, 9 de octubre de 2012

Los problemas de la tristeza


Enrique Urquijo y Los Problemas – Desde que no nos vemos

La voz de Enrique Urquijo tuvo siempre un tono tan especial, tan diferente, tan único que era capaz de conseguir que la canción más alegre y luminosa regurgitara un cierto sabor amargo. Sus composiciones fueron únicas pero su voz las convertía en parajes solitarios sobre los que poder reflexionar. Lugares llenos de soledad para recorrer a media luz y sobre los que poder pensar en el mensaje que sus cuerdas vocales querían hacernos llegar. La melancolía se respira detrás de cada nota y florece en casi cualquier rincón de este fantástico disco. La tristeza está presente pero en ningún momento llega a ganar la batalla. Es nuestra compañera de viaje pero no nuestro objetivo.


El álbum se abre con la dualidad sonora y lírica que plantea Desde que no nos vemos. La letra está infectada de reproches, lamentos y alguna que otra queja pero la música permanece a salvo de todo lo que la voz relata. La melodía es alegre y en todo momento continúa en ese estado, navegando entre los avatares que relata las diferentes estrofas.


En Amor se escribe con llanto música y letra caminan de la mano para desarrollar toda la canción. Un ritmo tranquilo y acompasado se instala en toda la composición. El acordeón y los violines comienzan a dar muestras de la gran importancia que van a tener en todo el disco. Se dejaron ver en el primer tema pero es a partir de este segundo corte donde su sonidos evocadores empiezan a regalarnos las notas perfectas para complementar lo narrado. 



No quiero que me veas esta noche continúa regando las semillas plantadas en la canción previa. Seguimos con letras otoñales pero la música comienza a descubrir las primeras hojas de la primavera. En pleno florecimiento llega Aunque tú no lo sepas. Una obra maestra que se desarrolla entre tres tipos de cuerdas. Las guitarras, los violines y el puñado de agudas notas que desprende el piano para aunar a todas esas cuerdas que pueblan esta canción imprescindible. Una letra perfecta para degustar con calma que se quedará zurcida en nuestra mente gracias a las puntadas sonoras de la guitarra, el tacto sedoso de los violines y los trazos de color que despliegan sobre toda la creación las teclas del piano. Nos quedaremos Atrapados en la telaraña de cuerdas

Después de algo tan inmenso el grupo recurre a una versión para cambiar de aires: Ojala que te vaya bonito. El acordeón se hace dueño y señor de la composición para lograr una elegante interpretación.


Tu tristeza continúa explorando la dualidad entre música y letra. Esta última discurre por un camino mientras que la melodía intenta sacar a flote la alegría que en algún lugar, y escondida, transporta el texto. 


La séptima canción del álbum pertenece al disco Señora Azul  de Canovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán pero esta versión de Sólo pienso en ti logra cotas de creatividad inmensas. La soledad de la guitarra da paso a la voz de Enrique Urquijo y poco después el acordeón y una segunda voz convierten el sonido en un estado de ánimo diferente al del tema original pero con un derroche de calidad sonora apabullante. Demasiado tarde ahonda en el espíritu que deambula por todo el disco y Perla de Cristal nos sorprende con una pegadiza y rítmica polca donde nuestros pies serán incapaces de estarse quietos. No seguir el ritmo marcado durante toda la melodía es imposible. María la Portuguesa es otra versión que por momentos, muchos momentos, hace olvidar a la original de Carlos Cano. 


En Desordenada habitación se unen las voces de Enrique Urquijo y Antonio Vega junto a los sonidos que desprenden unos violines hipnóticos. El diálogo entre los tres convierten a este tema en otro de los puntos álgidos del disco. Continuará y Amanecí otra vez vuelven a insistir en todo lo expuesto con anterioridad pero es No digas que no el tema perfecto para resumir este gran disco. La melancolía florece desde los altavoces y nos quedamos enganchados a sus ramas sin poder, ni querer, bajarnos.






miércoles, 3 de octubre de 2012

Palabras melosas 47. Derek and The Dominoes


"Like a fool, I fell in love with you
Turned my whole world upside down"
                                         
Layla
Derek and The Dominoes

Aquí mucho más sobre Layla. 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Acordes acordados para atraparnos


Fleetwood Mac - Sara


Las guitarras que se encargan de abrir esta canción comienzan a desplegar sus sonidos con la esencia que desprenderá toda la composición, es decir, un bucle melódico inigualable. Tras quince segundos aparece el timbre, la intensidad y todos los parámetros que hacen de la voz de Stevie Nicks un instrumento sonoro único. Una vez presentados los dos elementos clave de esta composición, la repetición y la voz, la música comienza a capturarnos en el segundo treinta y ocho con la cadencia matemática que aporta la recién llegada batería. Esta nueva protagonista marcará el camino que recorremos una y otra vez.

En el 1'24'' algo cambia. Aparece el sonido apagado del bombo. Llega para ocupar el hueco que quedaba libre en la percusión y desde ahí consigue que la resonancia gane en intensidad. Tan sólo seis segundos después la voz principal invita a formar parte de la creación a las voces que dan forma a los coros. Estas voces serán las encargadas de cubrir toda la canción con un manto sonoro muy especial. Estas voces fantasmagóricas inundan la estancia. Estas voces no pronuncian palabras, se mueven entre sombras sin llegar a vocalizar algo concreto, ecos sin aparente dirección. Si lo explicara Edgar Allan Poe diría que se trata de susurros, eso es todo, y nada más.

Mientras todos estos elementos se van combinando y entrelazando entre si la cadencia sigue siendo el combustiblede toda la canción. Esta cadencia sugiere que todo vuelve a comenzar tras el pequeño redoble de batería del 2'39''. Parece que todo es igual pero existe una gran diferencia: ya conocemos el camino. La voz desprende ahora más firmeza aunque todo lo demás continúe atrapado en el mismo círculo sin fin. En el 3'25'' vuelve a resurgir el bombo que desapareció sin darse importancia en el 2'40'', vuelven del mismo modo la intensidad y los coros. Todo ha desaparecido y vuelto a florecer para seguir igual, o no. Los coros vienen y van pero cada vez con más presencia, siguen sin llegar a concretar contenido pero su importancia aumenta.



En todo el tiempo que llevamos de canción sólo una vez, en el 2'54'', se ha pronunciado el nombre que da título a esta melodía. Una sola vez y prácticamente de pasada. La música sigue invariable con su constante reiteración pero no existe un estribillo claro ni tampoco un Punto de no retorno bien definido. Esa es la clave, no ha habido ninguna chispa puntual pero desde que las guitarras, la voz y el constante retumbar de la batería coincidieron en el tiempo, y nos acorralaron, ya nunca pudimos encontrar la salida. La canción nos tiene atrapados dentro de su vaivén, pero todavía queda espacio y tiempo para algo más. Unos vaporosos coros nos esperan.

En el 4'25'' la batería sigue con su imparable ritmo pero es capaz de introducir un pequeño matiz algo más agudo, las guitarras se atreven con sutiles punteos sobre la melodía y la voz introduce una variación en el texto narrado (4'44''). Tras esto la voz principal vuelve a nombrar el título de la canción pero el momento culminante llegará en el 5'29'' con la resolución en forma de dos sílabas que alcanzan lo que hasta ahora habían sido susurros fantasmales y nada más. Desde aquí hasta el final queda algo menos de un minuto para disfrutar de la sencillez musical y de como la voz principal es admitida entre el grupo coral para fundirse en un solo sonido mientras el bucle armónico se aleja lentamente. 

domingo, 23 de septiembre de 2012

Palabras melosas 46. Rainbow


"I want you so bad don't turn away

what does it take to stay by my side

you know I'll do what you want me to

don't take away this feeling inside

I'm still in love with you"


I surrender
Rainbow


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Recuerdos de un pasado mejor


Tom Jones – Green Green grass of home

Una canción puede atraparte por muchas y muy diversas razones. La composición de hoy lo consigue de dos formas distintas. La primera de ellas se circunscribe a su forma musical, la segunda se esconde tras el sentido de lo cantado. Sin duda para que la segunda parte llegue hasta nosotros la primera debe ser suficientemente brillante como para picar en nuestra curiosidad y hacernos investigar un poco para regalarnos una segunda captura emocional. Eso será más adelante.


Los primeros cinco segundos los invade el dulce sonido de un órgano y una batería que nos indica el ritmo tranquilo que conducirá toda la creación. La canción fue compuesta como canción country y eso se deja notar con la llegada de las primeras voces en el segundo seis. Los coros se cruzan en nuestro camino para presentarse tímidamente. En el segundo quince aparece la voz principal con una capacidad sonora brutal. Sin apenas esfuerzos consigue llenar hasta el último resquicio de nuestros altavoces. Ese instrumento inigualable trae de la mano las notas que va desprendiendo el piano. En el segundo 34 los coros comienzan a apoyar la narración con una suave presencia que ganará enteros a partir del segundo 53 cuando comiencen a realizar segundas voces sobre la voz principal. Tres segundos después la percusión aprovecha la llegada del estribillo para cambiar su sonido. La batería se vuelve más ruidosa, más metálica. Ahora mismo ese sonido no es más que un golpeo diferente, más adelante veremos el significado tan visual que posee. 

Tras el estribillo la canción continúa con el mismo ritmo, con esa cadencia matemática que otorga la batería. Con esos coros en segundo plano y por encima de todos las cualidades vocales de Tom Jones. El tema sigue desgranando verso tras verso,  palabra por palabra, la alegría que sentimos cada vez que volvemos a casa tras un tiempo sin estar allí. La placentera sensación que se origina en nosotros al volver a saborear los lugares que nuestra memoria guarda en su rincón más privilegiado. Desde el 1'16'' a nuestro caminar se ha unido un grupo de violines que potencia aún más el poder de los recuerdos. Cuando todo el cuento parece encajar perfectamente, cuando casi podemos palpar nuestros recuerdos de juventud, cuando ya estamos a punto de cruzar el umbral de nuestro hogar llegamos al Punto de No Retorno. En el 1'56'' la voz principal deja de cantar para comenzar a hablar. Es entonces cuando vivimos casi treinta segundos embarcados en un momento exquisito por su calidad y su modo de expresarse.



¿Por qué las canciones en las que de pronto el cantante se pone a hablar suelen ser tan buenas? Sin venir a cuento, o incluso viniendo, la canción continúa con su ritmo normal, con su cadencia musical, con su estructura habitual, y sin embargo la voz principal decide dar un paso al frente para acercarse un poco más a nosotros. Nos está hablando directamente, como queriéndose apartar del resto de la composición. Como si de entre toda su audiencia nos hubiese elegido a nosotros para hacernos caer en la cuenta de su situación. En el texto que pronuncia Tom Jones, charlando, se encuentra el secreto que esconde la canción. Todo ha sido un sueño y nuestro protagonista se encuentra atrapado en la cárcel. Encerrado entre cuatro paredes aguardando que llegue el momento de su ejecución. Mientras esperaba en el corredor de la muerte soñaba con volver a tocar la hierba verde de su hogar y en este pequeño monólogo hablado descubrimos que volverá a su casa pero para yacer bajo esa hierba verde una vez que se ejecute su condena.

Ahora entendemos porque la batería se volvió más ruidosa allá por el segundo 56. Lo hizo para intentar avisarnos del mensaje final. Su sonido no es más que el que producen las cadenas de los presos al caminar. Hemos estado junto a nuestro narrador en sus últimos pasos mientras nuestra mente imaginaba esas verdes praderas. El protagonista ha despertado del sueño para vivir sus últimos instantes antes de adentrase en otro sueño, esta vez eterno.  

martes, 3 de julio de 2012

Palabras melosas 45. Roy Orbison

"Only the lonely
Know the heartaches I've been through 
Only the lonely
Know I cried and cried for you"

Only the lonely
Roy Orbison 

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