martes, 15 de marzo de 2011

Jugando con los ritmos

Gilles Peterson - Berimbau

La canción de hoy no es una canción original, se trata de una versión que realizó el discjockey y productor inglés Gilles Peterson en 2004 sobre un tema popularizado por Sergio Mendes. Rara vez la adaptación mejora al original pero debo decir que en esta ocasión el resultado es en muchos momentos enriquecedor. Este tema llega para hacer que esta página crezca un poco más. Esta composición inaugura una nuevo espacio dentro de este pequeño club musical. La nueva sección ya está incluida en el Diccionario y responde al nombre de Original versión.





El tema comienza alterado, con prisas y con sonidos que nada tienen que ver con la habitual calidez brasileña. Parece una capoeira bailada entre la percusión y los metales. El comienzo es frenético pero esto es sólo el arranque porque poco después, en el segundo 16, aparecen los violines sobre los que podremos mecer la hamaca de la playa. Los violines suavizan la estancia y ocho segundos después dan paso a los sonidos eléctricos de una guitarra que trata de  buscar su punto de afinamiento exacto. Algo más de medio minuto de canción y ya hemos pasado de la alteración a la calma varias veces y todo ello con una elegante sutileza. Los instrumentos aparecen de forma sucesiva y se manifiestan como si se dieran el relevo unos a otros a la hora de ocupar el centro del escenario. Ellos son los encargados de modificar el ritmo para adecuarlo de una manera más precisa al sonido de cada instante.



A partir de aquí el tema se desarrolla de un modo curios
o. Nos encontramos en el segundo 35 y todo comienza a asentarse. La tranquilidad ha logrado imponerse y el tema puede comenzar a crecer. La letra y melodías son presentadas por el coro, cuyo protagonismo es absoluto hasta casi la mitad del tiempo total. Dicho coro lleva todo el peso de la canción y nos hace caer en el vaivén de su compañía. Es fácil dejarse llevar. En el segundo 47 vuelven los violines para acompañar a la batería, único instrumento que escuchábamos junto al coro. 

Su sonido es pegajoso y responde a las expectativas previas acerca de la calidez brasileña. En el minuto 1'04'' las voces
 del coro se aceleran para dar la bienvenida a la que en condiciones normales hubiera sido la voz principal y que hasta este instante había sido suplantada por los coros. En el 1'17'' comienza un tranquilo Punto de No Retorno de la mano de una voz principal segura y eficiente capaz de trasformar el relato coral en un monólogo elegante y distinguido. La voz realiza un viaje de ida y vuelta apoyada por unos coros que ahora sí son sólo coros y unos violines que en el 1'29'' tienen un interesante punto de inflexión previo al retorno de los metales del comienzo. Esta estructura se repite exactamente igual tras los solitarios coros del minuto 1'38''. La canción recupera sus ritmos frenéticos durante sus últimos quince segundos para finalizar como empezó. Bailando un poco bajo los movimientos de la lucha tradicional brasileña.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recomendaciones

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...