martes, 6 de noviembre de 2012

El Rey del Rock and… Risas


Elvis Presley - Are you lonesome tonight (the laughing version)

¿Puede una voz prodigiosa mantener su ímpetu y clase tras improvisar y hacer una broma? ¿Puede un genio de la canción reírse de parte de su público y aún así seguir siendo un genio? ¿Puede toda una banda permanecer impasible mientras su líder decide tirar todos sus esfuerzos por la borda? Créeme, Elvis Presley es capaz hacer todo esto, no importarle nada en absoluto y aún así habitar con toda elegancia en la cima del Olimpo.

Pongámonos en situación. Elvis llevaba tanto tiempo en la cima que en numerosas ocasiones le gustaba cambiar, durante sus actuaciones, algunos versos de sus canciones por puro divertimento personal. Ese pequeño pasatiempo casi siempre pasaba desapercibido, y digo casi siempre porque el 26 de agosto de 1969 fue imposible no llamar la atención de un modo tan sonoramente lúdico.


La canción comienza de un modo normal, la voz de Elvis lo inunda todo y segundos después su banda comienza a tocar al mismo tiempo que llegan los habituales aplausos del público con cada nuevo tema. A partir del segundo 12 los coros comienzan a hacerse algo más tangible. El piano revolotea por la melodía mientras la batería marca un ritmo estable pero acorde a nuestra tranquila velocidad de crucero. Hasta aquí todo es normal. En el segundo 35 aparece una nueva voz en forma de coro, mucho más agudo, mucho más protagonista, mucho más autónomo. Ahora que ya están sobre el tapiz todos los elementos es cuando la voz busca nuevos horizontes. Es ahora cuando Elvis Presley decide cambiar un verso de su canción, pero no sólo cambiará un verso, sin esperarlo cambiará toda la actuación para hacer de estos escasos dos minutos y medio algo único, histórico y por supuesto muy divertido.



Llegamos al segundo 44 y donde el verso decía “Do you gaze at your doorstep and picture me there” la improvisación le llevo a decir “Do you gaze at your bald head and wish you had hair”. Es decir, cambió la frase original que decía algo así como “Miraste hacia el umbral de tu puerta y me visualizaste” por un verso algo menos delicado: “Miraste hacia tu cabeza calva y deseaste tener pelo”.  Cuenta la leyenda que este cambio le sobrevino al ver la baldía cabellera de uno de sus espectadores. Desde este momento la canción cambia por completo debido a la total incapacidad para mantener la compostura de la voz principal. Pero lo que realmente hace de este tema algo único es el aguante y saber estar de todos los músicos que acompañaban a Elvis, incluido el agudo tono que conocimos en el segundo 35. Todo la construcción musical permanece estable y firme mientras el arquitecto se tambalea al frente de la representación. A partir del segundo 51 la risa se apodera de toda la narración y una y otra vez Elvis intenta retomar su faceta de líder con escaso éxito. Consigue enlazar palabras sueltas pero poco más. Su propio chiste le ha desmontado y sólo su banda mantiene el aplomo sonoro. En el 1'16'' consigue terminar un verso completo y eso, en vez de restablecer la coherencia, nos llevará al Punto de No Retorno. Ese verso rescatado del hundimiento dice “You know someone said that the world's a stage, and each must play a part” o lo que es lo mismo “Ya sabes, alguien dijo que el mundo es un escenario y que cada uno debe ocupar su puesto”. Este verso forma parte de la canción original pero ahora parece tomar un nuevo significado debido al cambio realizado anteriormente. El Punto de No Retorno es la sincera e imparable carcajada que Elvis emite en el 1:25. Ya no puede volver atrás y la profesionalidad incuestionable de la banda, con su penetrante coro, consiguen un escenario tan extraño, tan insólito, tan excepcional que hace que nos quedemos atrapados por dos risas, la de Elvis y la nuestra.

Rebasado el segundo minuto de canción Elvis Presley vuelve a hacer un intento de regreso al sendero de las estrofas. Pero no será hasta el 2'13'' cuando retome por completo la letra de la canción para terminar el tema junto a la banda que ha mantenido un saber estar lejos de toda duda. Desde ahora está canción ya nunca volverá a ser la misma, cada vez que asomen sus notas en cualquier lugar desearemos que sea esta divertida versión la que llegue hasta nuestros oídos. La original es estupenda pero esta consigue alegrarnos la vida. Melancolía versus pitorreo. 

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