martes, 30 de agosto de 2011

Palabras melosas 25. Quique González

"Yo lo que quería era seguir soñando
con mujeres desnudas que van al trabajo en autobuses rojos"

Pájaros mojados
Quique González 

martes, 23 de agosto de 2011

¿Hay alguien al otro lado?

Electric Light Orchestra - Telephone line

 

Lo primero que el altavoz hace llegar hasta nuestros oídos no son ruidos familiares para una canción. No se trata de los extraterrestres de “Encuentros en la tercera fase” intentando comunicarse con los habitantes de este pequeño punto azul que llamamos tierra. En realidad se trata de los sonidos de un ordenador intentando conectar la línea para comenzar una llamada telefónica. Esos primeros 15 segundos aún no tienen música literalmente, son sonidos eléctricos deshumanizados, fríos, distantes. Las primeras notas se materializan en forma de tono telefónico. La llamada ha comenzado y sólo falta que alguien descuelgue al otro lado. Siempre hace falta alguien.

Lo que ocurre a partir del segundo 28 se puede explicar de un modo muy visual. Vemos un auricular en primer plano mientras a través de esos pequeños agujeros del altavoz comienza a escucharse una voz lejana, una voz que nos saluda, una voz que nos pregunta qué tal estamos. Poco a poco el plano se va abriendo y vemos como la cámara se va alejando del auricular para mostrarnos la persona que nos habla. Todo esto queda reflejado de un modo auditivo cuando la voz del cantante pasa de escucharse algo remota a mejorar en su calidad segundo a segundo hasta llegar al 43 en el que el ruido de fondo desaparece y la nitidez inunda la escena.


La canción ha consumido casi un minuto y no es fácil distinguir una melodía clara o la posible dirección de lo narrado hasta el momento. En el segundo 58 aparece por primera vez la batería, el tema comienza a caminar, el sendero se despeja y la música comienza a florecer. Tres segundos después los violines entran en escena y todo cambia. Sus notas comienzan a balancearse bajo la voz y la batería. El contoneo poco a poco irá a más hasta que todo gire alrededor de sus cuerdas.





En el 1'17'' surge casi de un modo inapreciable el coro a modo de segundas voces sobre la voz principal. Los diez segundos de intervalo, casi de tranquilidad total, entre el 1'25'' y el 1'35'' son el espacio perfecto para gestar un Punto de No Retorno ligero pero intenso. Arranca con el alarde vocal de la voz protagonista y culmina con la explosión de violines que otorgan carta blanca para que el estribillo haga su notable aparición. Los coros se apoderan de toda la canción. Los violines viven bajo ellos esperando su momento. El estribillo avanza, los coros dialogan con la voz principal, 1'50'', y poco a poco las variaciones que hacen las cuerdas comienzan a ganar presencia y a instalarse en un paso firme y majestuoso. En el 2'03'' el estribillo detiene un poco su paso para nombrar el título de la canción y dejarse llevar hasta el 2'32'' en el que la llamada de teléfono vuelve a comenzar.


De nuevo tenemos línea. Tras los tonos telefónicos la voz asume que nadie va a responder a su llamada en el 2'46''. Después de esa certeza comienza a incrementarse de nuevo la intensidad. Los violines siguen ahí y con el paso de los segundos se van apoderando cada vez de más protagonismo. Nadie va a responder por lo que requerimos adelantar la llegada del estribillo. Los violines necesitan brillar más alto y más fuerte. El 3'22'' nos devuelve el diálogo a tres bandas entre la voz principal, los coros y el pequeño instrumento de cuatro cuerdas. Desde aquí hasta el final la conversación se va repitiendo hasta que poco a poco nos alejamos de la escena dejando a los tres implicados con sus palabras, sus coros y sus acordes. Nunca el tono de un teléfono dio para tanto. 

martes, 16 de agosto de 2011

Palabras melosas 24. The Clash

"London calling to the faraway towns
Now war is declared, and battle come down
London calling to the underworld
Come out of the cupboard, you boys and girls"

London calling
The Clash

martes, 9 de agosto de 2011

Algo más que la última vocal

Mocedades - Eres tú

 

Varios instrumentos, metales y percusión incluidos, se encargan de anticipar la melodía del estribillo a todo volumen cuando apenas se han completado los primeros segundos. En el segundo 12 empieza la canción de un modo más tradicional, poco a poco se van añadiendo elementos de un modo pausado y efectivo. La guitarra comienza a desprender notas, mientras el piano asevera y apuntala la primera vez que la voz principal nos regala el título de la canción, segundo veinte. El tema sube al siguiente nivel de calidad en el 37'', la segunda vez que escuchamos Eres tú, con la reaparición simultanea de la batería y las primeras notas de los violines. Estos últimos invaden cada rincón de la canción, inundan con su sonido y se convierten en la base sobre la que se apoyan el resto de instrumentos. La tercera vez que aparece el título de la canción, en el segundo 41, dará pie a la presentación del coro. A partir de este momento los violines y el coro se combinan en armonía y la próxima vez que aparezca el título de la composición será para escuchar por primera vez completo el estribillo (1'01''). La voz principal y el coro se funden en un solo sonido mientras que las cuatro cuerdas, la guitarra y los metales aportan sus respectivos ecos.




E
n el 1'24'' termina la canción y comienza la obra maestra. Los coros continúan con el estribillo y la voz principal también pero de manera distinta. La voz de Amaya Uranga surca caminos paralelos al coro y de forma ocasional coinciden en puntos determinados. Coro y voz serpentean jugando con las palabras y las melodías. Es entonces cuando llega un Punto de No Retorno impresionante. Con las voces del coro y la voz solista a pie cambiado, con violines, percusión, metales y guitarras en pleno auge el clímax absoluto lo produce en el 1'41'' la voz principal con un inesperado, sencillo, brillante y demoledor alarde vocal. Ya estamos marcados. Cada vez que escuchemos esta canción, por muy bueno que sea todo lo anterior, nuestros oídos estarán esperando ese momento para disfrutarlo primero y tararearlo después sin pisar el original porque es necesario escucharlo en toda su plenitud.

E
n el 1'45'' todos los sonidos vuelven al punto de partida. Vuelve la calma pero poco después descubrimos que la aparición en cascada de instrumentos va a ser mucho más rápida. Los coros ganan peso específico e incluso son obsequiados con un pequeño ágape en el 2'12'' para su exclusivo lucimiento. Tras esto el estribillo vuelve a apoderarse de toda la canción repitiéndose hasta el final. Se repite la estructura, se repiten los instrumentos y también nos vuelven a regalar en el 2'57'' ese magnífico Punto de No Retorno. Es sólo una voz, son sólo un par de segundos pero la última vocal del abecedario es lo que se nos quedará marcado en la memoria.

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