miércoles, 5 de enero de 2011

Sencillez embaucadora

The Beatles - I’ll follow the sun



Esta pequeña banda de Liverpool, conocida como The Beatles, es uno de mis grupos favoritos y sin embargo todavía no habían asomado la cabeza por estos lares. Los motivos son variados pero sin duda el más importante es la difícil apuesta que supone elegir uno de sus temas y desestimar otros. Su capacidad creativa está fuera de toda duda y por eso quería que la primera canción que eligiera de ellos aportara algo especial. De ahí que I’ll follow the sun sea la melodía encargada de inaugurar una nueva sección, una sección para disfrutar de la música sin demasiados análisis. A partir de ahora temas como este se van a agrupar dentro del apartado Canciones Pasajeras.


I’ll follow the sun es el cuarto corte del album “Beatles for Sale” de 1964. Sus armas para engancharnos son fundamentalmente dos: guitarras y voces. La percusión está presente pero su presencia está más cerca del trabajo de un metrónomo que de su habitual función rítmica. La canción comienza con las guitarras marcando la senda a seguir y poco después la voces de McCartney y Lennon se van entrelazando del mismo modo que realizaron las guitarras en los primeros instantes. Ya está. Se puede decir que eso es todo. Ese mundo sonoro ya está construido y tan solo tenemos que dejarnos llevar por su pegadiza melodía, por su falta de mayores pretensiones. Este tema no las necesita. Es música sencilla, directa y con una capacidad para engancharnos aplastante. Sencillez melódica inmediata. La canción sigue avanzando establecida en su efectiva practicidad. No hay requiebros llamativos y todo transcurre con sencillez. Hace rato que estamos seducidos. En el primer segundo del primer minuto aparece la única variación de todo el tema. Se trata de un solo de guitarra tan discreto como humilde, tan breve como disciplinado. Siete segundos después la canción continúa por el camino que ya conocíamos y así será hasta que las notas terminen desapareciendo. No hay nada más que destacar. Sólo tenemos que dejarnos llevar por la melodía, disfrutar del viaje y en cuanto concluya volver a buscar el sol para continuar siguiéndolo. Un minuto y cuarenta y siete segundos han sido más que suficientes para engancharnos para siempre a una simple letra y a una sencillísima melodía. La magia de la música a veces es así. Menos es más.  

1 comentario:

  1. Esto ya es otra cosa. Los genios del decir mucho con poquitos medios no podían faltar. Buena elecciòn, aunque "A DAY IN THE LIFE" me parece exquisita. Que difícil se me hace escribir con il iPhone...

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