martes, 22 de febrero de 2011

Palabras melosas 12. Enrique Urquijo y Los Problemas

"Inventamos mareas, tripulábamos barcos
Y encendía con besos el mar de tus labios"

Aunque tú no lo sepas
Enrique Urquijo y Los Problemas

martes, 15 de febrero de 2011

La flauta mágica... del Rock

Jethro Tull - Locomotive Breath
La primera sensación es extraña. ¿Eso que suena es música clásica? ¿Jethro Tull no es un grupo de rock? Hemos escuchado casi medio minuto de canción y ya hemos mirado tres veces al reproductor musical pensando si realmente hemos seleccionado bien el tema. Pero cuando ya estamos seguros de que la elección es la correcta llega el segundo 30 y la canción viaja en el tiempo.  El espíritu de Franz Listz abandona el piano empujado por una guitarra que transforma los sonidos clásicos en un animado diálogo entre las seis cuerdas y un piano que desprende blues. Un solo minuto y ya hemos disfrutado de estilos musicales separados por más de un siglo. Cuando empezamos a disfrutar con el martilleo de notas sobre el piano y la guitarra comienza a animarse con algún que otro punteo el tiempo parece detenerse. Las notas se estiran en el 1’16’’ para dar paso a un potente Punto de No Retorno que se quedará para siempre en nuestra cabeza. Tras algo de piano clásico y un poco de negritud musical llegamos al rock que estabamos esperando. ¿No es esta la historia de la música popular en el siglo XX?




El piano ha desaparecido y a partir de ahora la canción se mueve bajo las reglas que marcan las guitarras y la batería. La voz de Ian Anderson tiene que subsistir entre los latigazos de las diferentes guitarras para intentar transmitir su propia melodía. La voz pelea por un sitio entre el bucle de cuerdas que generó el Punto de No Retorno. Las guitarras mantienen y repiten una y otra vez sus notas, es su ley y se han adueñado de la canción, de la música y del rock. Son el instrumento vital para una revolución sonora. Este instrumento marca la pauta desde la segunda mitad del siglo pasado. Su sonido es fuerte y alejado de la música clásica que le antecedía. Es entonces cuando llegamos al 2:49 y la dulzura de una flauta será la encargada de realizar un brillante solo en medio de tanto poderío sonoro. Ese sencillo instrumento de viento toma las riendas de la canción durante unos momentos para demostrar que se puede hacer Rock and Roll sin corriente eléctrica. Casi 40 segundos de virtuosismo para dibujar notas en el aire con una varita realmente mágica. Poco a poco van apareciendo pequeñas aportaciones musicales que desembocan en el 3’58’’ con el regreso de un piano que también quiere colaborar. La fusión es posible, y necesaria, para enriquecer un tema carente de estribillo bien definido. Estribillo al que en ningún instante hemos echado de menos gracias a un ritmo hipnotizante.

La canción es en si misma una pequeña joya por lo que sus
 sonidos parecen contar, una historia esquemática perfectamente extrapolable a la Historia de la música del último siglo. ¿Una sola canción puede albergar tanto en su interior? ¿hay tanta sabiduría encerrada en ese conjunto de notas? ¿Exagerado?  Puede ser, pero que maravilla de notas. 

martes, 8 de febrero de 2011

Palabras melosas 11. Gary Moore


"So many years since I've seen your face
Here in my heart, there's an empty space
where you used to be"

Still got the blues
Gary Moore

martes, 1 de febrero de 2011

Juntos, revueltos, unidos y todo lo contrario

Fleetwood Mac - Rumours


Cuando los componentes de esta banda comenzaron a trabajar en este álbum su situación personal no era la más apropiada, quizás, para la creación artística. Dentro del  grupo habitaban cinco personas y cuatro de ellas competían por ver quien destruía antes su vida sentimental. Vida, que al mismo tiempo, compartían entre ellos mismos. Salvo el batería, Mick Fleetwood, todos los demás compartían lazos íntimos, así Lindsey Buckingham se dedicaba a romperle el corazón a Stevie Nicks, mientras que por otro lado John y Christine McVie se pasaban el tiempo discutiendo sobre su propio divorcio. Con todo este panorama, la sombra sobre una más que probable separación de la banda planeaba sobre sus cabezas y hartos de tantas especulaciones sobre su futuro decidieron llamar a su disco más brillante Rumours (rumores). Los dimes y diretes se esfumaron en cuanto sucedieron dos hechos concatenados: las notas comenzaron a brotar y sus rencillas personales florecieron sobre las letras de un disco legendario. Un Disco Redondo vital. 




El disco se abre con una guitarra que llega hasta nuestros oídos como una locomotora que se acerca a nuestra estación. Se trata del tema Seconds Hands News y en el comienzan a decirse las cosas a la cara. El vocalista, Buckingham, se siente como un objeto de segunda mano, reemplazado por alguien nuevo, alguien que ya ha ocupado su lugar. Aún así le recuerda a ella que le echará de menos cuando se vaya. La replica musical se produce en la segunda canción con la composición creada por Stevie Nicks: Dreams. Sobre estas notas ella despliega una letra en la que le dice que la búsqueda de la libertad era cosa de él y ella no es nadie para intentar retenerle. Que sus sueños se llenarán de soledad volviéndole loco poco a poco y que recuerde todo lo que ha perdido (a ella) con su marcha.



En Never Going Back Again Buckingham vuelve a hablar en primera persona para explicar que le dejó de lado y le hizo ver donde se encontraba. Ha aprendido la lección pero no piensa volver atrás, nunca más. Para romper esta discusión enmascarada por la música llega Christine McVie dispuesta a disolver toda la tensión existente con un alegato en defensa del optimismo, del Carpe diem.


Don’t Stop es un tema alegre, luminoso, que nos invita a valorar el aquí y el ahora sin darle más vueltas a lo que sucedió ayer porque hoy acabará en mañana. El quinto tema es Go Your Own Way y se trata de una pegadiza melodía y un estribillo aún más si cabe. El tema sirve para continuar con los desencuentros amorosos y con letras claras y concisas sobre sus propias relaciones. La nueva aparición de McVie nos obsequia con una canción muchos más intimista, sincera y genial a partes iguales.


Songbird llega hasta nuestros oídos con una melodía minimalista que consigue conquistarnos con facilidad y una voz que nos lleva de la mano hasta quedar atrapados dentro de ese pequeño y frágil universo sonoro. Algo más de tres minutos de piano y voz que se grabaran en nuestra memoria. La intensidad del grupo queda patente en el séptimo corte del disco con The Chain. Una canción algo más coral que las anteriores y donde la facilidad de la banda para construir eficientes melodías y juegos vocales queda más que demostrada. Un pequeño solo de bajo hacia el final del tema dará paso a un final de canción dedicado al lucimiento de la guitarra solista. Para desencadenarnos de estos últimos sonidos la luz del sol vuelve a colarse por una rendija en You Make Loving Fun. Todo se llena de color. Melodía divertida, pegadiza y de difícil escapatoria para nuestros propios tarareos. Estamos rodeados.

   
En I Don't Want To Know la estancia continua iluminada y todo el grupo se une en la parte vocal para celebrar con alegría otra gran melodía. Este álbum inmenso se cierra con dos temas algo más oscuros que los precedentes: Oh Daddy y Gold Dust Woman. El primero está compuesto por Christine McVie y vuelve a tomar las riendas del piano como en Songbird pero todo parece algo más sombrío. Un gran tema que mejora con cada escucha. El último corte del disco esta reservado para la incomparable e hipnotizante voz de Stevie Nicks. Su voz es única en todo el disco pero es en este tema donde se puede apreciar con más claridad la capacidad de sus cuerdas vocales. Una voz inmensa, un gran grupo y un disco para escuchar una y otra vez para descubrir muchos de los matices que se esconden entre sus acordes y sus letras. Cada escucha es mejor que la anterior. Rumores imprescindibles.

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