miércoles, 24 de octubre de 2012

A veces, elegir no es un problema


Van Morrison - If you love me


La Original versión de hoy nace y renace en la voz de Van Morrison. La primera vez que la interpretó fue para el disco The Healing Game, donde también se encontraba otra joya imprescindible. Esta canción hace de la sencillez virtud y con muy poco es capaz de construir un universo propio y perfecto. Un entorno armónico envidiable. El saxofón y una suave batería nos reciben en la entrada de la canción para hacernos pasar a la estancia principal donde los protagonistas serán tres: la voz inigualable de Van Morrison, unos coros perfectamente acompasados y unas notas de piano capaces de alterar nuestros sentidos. Nota a nota, tecla a tecla el piano ha conseguido coser nuestra atención a una melodía tan sencilla como pegadiza. El saxofón es un mero acompañante pero logra elaborar la consistencia que el tema necesita. 

Caminamos por ese tranquilo sendero hasta que llegamos al 1'13'' y la voz principal decide hacerse notar un poco más. La batería refuerza su sonido mientras que el piano sigue desplegando sus agudas notas por toda la canción. El ritmo ha cambiado ligeramente pero nuestro caminar continúa siendo más que placentero. En el 2'10'' necesitamos cerrar los ojos para saborear con todos sus matices un Punto de No Retorno brillante. La voz desaparece para hacerse cargo de la armónica. Los coros se asocian con ese nuevo instrumento, y durante casi un minuto consiguen evadirnos de cualquier realidad. Nuestros oídos están en sus manos y nosotros totalmente rendidos a su propuesta sonora. En el 3'06'' la voz principal retoma el relato para abordar el último tramo de canción. La construcción musical vuelve a sus orígenes pero el poso del Punto de No Retorno ha sido tan profundo que en el 3'59'' la armónica vuelve para hacernos caer de nuevo en su evocador sonido. La evasión mental vuelve a adueñarse de nosotros. Desde este punto hasta el final todos los participantes irán desarrollando los sonidos que hicieron de esta canción un lugar perfecto en el que asentarnos.



Van Morrison y B. B. King - If you love me

El gran, en todos los sentidos, B. B. King reunió a un grupo de amigos y compañeros de profesión para grabar un disco de duetos. Ese disco se llamó Deuces Wild y fue allí donde Van Morrison decidió reinterpretar una de sus canciones, realizando una Original versión. En esta canción los coros no aparecen por ningún lado, muchos instrumentos desaparecen y en su lugar surgen otros nuevos, e incluso algunos de ellos permanecen entre los protagonistas pero su trabajo e importancia cambia.


Esta vez el piano es el encargado de abrirnos la puerta, tras el se presenta un órgano y dos familias de cuerdas, primero los violines y después las cuerdas de una guitarra eléctrica con nombre propio. El piano ya no revolotea con sus notas por toda la canción, su función se ha transformado. En el segundo 32 surge la voz que nos guiará por todo el camino. Su tono respecto a la original ha cambiado, es mucho más potente, mucho más decidida. Sabe lo que quiere contar y lo hace sin miramientos. La ausencia del coro obliga a esa voz a ganar en presencia y poder. Su relato comienza y enseguida notamos que se adapta perfectamente a las variaciones que ha experimentado el tema. El entorno es mucho más jazzístico. El órgano eleva sus notas con facilidad, la notas de la guitarra se erigen casi como una voz secundaria, la batería se acaricia, no se golpea, los violines replican a la voz principal. Todos los sonidos son suaves como el terciopelo, la canción nos atrapa con una delicadeza absorbente.

En el 2'36'' B. B. King decide tomar el control absoluto hablando a través de su guitarra para conducirnos durante todo un minuto por la senda que construyen las cuerdas de su querida Lucille. Se trata de un Punto de No Retorno diferente porque no hay un momento álgido destacado, simplemente nos dejamos llevar por su calidez y por sus punteos decididos y certeros. La voz principal, y única, vuelve en el 3'36'' para cantarnos de un modo mucho más desgarrado, más sincero. El órgano, el piano, la batería e incluso la guitarra palidecen cuando los violines unen sus fuerzas para ganar notable intensidad y presencia a partir del 3'52''. Su fuerza está fuera de toda duda. En el 4'35'' surge la armónica del tema original para unirse a esta exquisita orquesta y acompañarnos en el último tramo del camino.

Cada una de las versiones posee una idiosincrasia única y bien diferenciada, una esencia irrepetible. Cualquiera de los dos temas propuestos puede conquistarnos sin problemas, la decisión es complicada. Lo que hace grande a los dos temas es que mientras disfrutas con los sonidos del primero no echas de menos ninguna de las propuestas del segundo y viceversa. Dos canciones gigantes, dos versiones brillantes. Difícil elección, ¿con cuál te quedas? 

miércoles, 17 de octubre de 2012

Palabras melosas 48. Cake


"I want a girl who gets up early
I want a girl who stays up late
I want a girl with uninterupted prosperity
Who used a machete to cut through red tape"



Short skirt long jacket
Cake

martes, 9 de octubre de 2012

Los problemas de la tristeza


Enrique Urquijo y Los Problemas – Desde que no nos vemos

La voz de Enrique Urquijo tuvo siempre un tono tan especial, tan diferente, tan único que era capaz de conseguir que la canción más alegre y luminosa regurgitara un cierto sabor amargo. Sus composiciones fueron únicas pero su voz las convertía en parajes solitarios sobre los que poder reflexionar. Lugares llenos de soledad para recorrer a media luz y sobre los que poder pensar en el mensaje que sus cuerdas vocales querían hacernos llegar. La melancolía se respira detrás de cada nota y florece en casi cualquier rincón de este fantástico disco. La tristeza está presente pero en ningún momento llega a ganar la batalla. Es nuestra compañera de viaje pero no nuestro objetivo.


El álbum se abre con la dualidad sonora y lírica que plantea Desde que no nos vemos. La letra está infectada de reproches, lamentos y alguna que otra queja pero la música permanece a salvo de todo lo que la voz relata. La melodía es alegre y en todo momento continúa en ese estado, navegando entre los avatares que relata las diferentes estrofas.


En Amor se escribe con llanto música y letra caminan de la mano para desarrollar toda la canción. Un ritmo tranquilo y acompasado se instala en toda la composición. El acordeón y los violines comienzan a dar muestras de la gran importancia que van a tener en todo el disco. Se dejaron ver en el primer tema pero es a partir de este segundo corte donde su sonidos evocadores empiezan a regalarnos las notas perfectas para complementar lo narrado. 



No quiero que me veas esta noche continúa regando las semillas plantadas en la canción previa. Seguimos con letras otoñales pero la música comienza a descubrir las primeras hojas de la primavera. En pleno florecimiento llega Aunque tú no lo sepas. Una obra maestra que se desarrolla entre tres tipos de cuerdas. Las guitarras, los violines y el puñado de agudas notas que desprende el piano para aunar a todas esas cuerdas que pueblan esta canción imprescindible. Una letra perfecta para degustar con calma que se quedará zurcida en nuestra mente gracias a las puntadas sonoras de la guitarra, el tacto sedoso de los violines y los trazos de color que despliegan sobre toda la creación las teclas del piano. Nos quedaremos Atrapados en la telaraña de cuerdas

Después de algo tan inmenso el grupo recurre a una versión para cambiar de aires: Ojala que te vaya bonito. El acordeón se hace dueño y señor de la composición para lograr una elegante interpretación.


Tu tristeza continúa explorando la dualidad entre música y letra. Esta última discurre por un camino mientras que la melodía intenta sacar a flote la alegría que en algún lugar, y escondida, transporta el texto. 


La séptima canción del álbum pertenece al disco Señora Azul  de Canovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán pero esta versión de Sólo pienso en ti logra cotas de creatividad inmensas. La soledad de la guitarra da paso a la voz de Enrique Urquijo y poco después el acordeón y una segunda voz convierten el sonido en un estado de ánimo diferente al del tema original pero con un derroche de calidad sonora apabullante. Demasiado tarde ahonda en el espíritu que deambula por todo el disco y Perla de Cristal nos sorprende con una pegadiza y rítmica polca donde nuestros pies serán incapaces de estarse quietos. No seguir el ritmo marcado durante toda la melodía es imposible. María la Portuguesa es otra versión que por momentos, muchos momentos, hace olvidar a la original de Carlos Cano. 


En Desordenada habitación se unen las voces de Enrique Urquijo y Antonio Vega junto a los sonidos que desprenden unos violines hipnóticos. El diálogo entre los tres convierten a este tema en otro de los puntos álgidos del disco. Continuará y Amanecí otra vez vuelven a insistir en todo lo expuesto con anterioridad pero es No digas que no el tema perfecto para resumir este gran disco. La melancolía florece desde los altavoces y nos quedamos enganchados a sus ramas sin poder, ni querer, bajarnos.






miércoles, 3 de octubre de 2012

Palabras melosas 47. Derek and The Dominoes


"Like a fool, I fell in love with you
Turned my whole world upside down"
                                         
Layla
Derek and The Dominoes

Aquí mucho más sobre Layla. 

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