miércoles, 26 de septiembre de 2012

Acordes acordados para atraparnos


Fleetwood Mac - Sara


Las guitarras que se encargan de abrir esta canción comienzan a desplegar sus sonidos con la esencia que desprenderá toda la composición, es decir, un bucle melódico inigualable. Tras quince segundos aparece el timbre, la intensidad y todos los parámetros que hacen de la voz de Stevie Nicks un instrumento sonoro único. Una vez presentados los dos elementos clave de esta composición, la repetición y la voz, la música comienza a capturarnos en el segundo treinta y ocho con la cadencia matemática que aporta la recién llegada batería. Esta nueva protagonista marcará el camino que recorremos una y otra vez.

En el 1'24'' algo cambia. Aparece el sonido apagado del bombo. Llega para ocupar el hueco que quedaba libre en la percusión y desde ahí consigue que la resonancia gane en intensidad. Tan sólo seis segundos después la voz principal invita a formar parte de la creación a las voces que dan forma a los coros. Estas voces serán las encargadas de cubrir toda la canción con un manto sonoro muy especial. Estas voces fantasmagóricas inundan la estancia. Estas voces no pronuncian palabras, se mueven entre sombras sin llegar a vocalizar algo concreto, ecos sin aparente dirección. Si lo explicara Edgar Allan Poe diría que se trata de susurros, eso es todo, y nada más.

Mientras todos estos elementos se van combinando y entrelazando entre si la cadencia sigue siendo el combustiblede toda la canción. Esta cadencia sugiere que todo vuelve a comenzar tras el pequeño redoble de batería del 2'39''. Parece que todo es igual pero existe una gran diferencia: ya conocemos el camino. La voz desprende ahora más firmeza aunque todo lo demás continúe atrapado en el mismo círculo sin fin. En el 3'25'' vuelve a resurgir el bombo que desapareció sin darse importancia en el 2'40'', vuelven del mismo modo la intensidad y los coros. Todo ha desaparecido y vuelto a florecer para seguir igual, o no. Los coros vienen y van pero cada vez con más presencia, siguen sin llegar a concretar contenido pero su importancia aumenta.



En todo el tiempo que llevamos de canción sólo una vez, en el 2'54'', se ha pronunciado el nombre que da título a esta melodía. Una sola vez y prácticamente de pasada. La música sigue invariable con su constante reiteración pero no existe un estribillo claro ni tampoco un Punto de no retorno bien definido. Esa es la clave, no ha habido ninguna chispa puntual pero desde que las guitarras, la voz y el constante retumbar de la batería coincidieron en el tiempo, y nos acorralaron, ya nunca pudimos encontrar la salida. La canción nos tiene atrapados dentro de su vaivén, pero todavía queda espacio y tiempo para algo más. Unos vaporosos coros nos esperan.

En el 4'25'' la batería sigue con su imparable ritmo pero es capaz de introducir un pequeño matiz algo más agudo, las guitarras se atreven con sutiles punteos sobre la melodía y la voz introduce una variación en el texto narrado (4'44''). Tras esto la voz principal vuelve a nombrar el título de la canción pero el momento culminante llegará en el 5'29'' con la resolución en forma de dos sílabas que alcanzan lo que hasta ahora habían sido susurros fantasmales y nada más. Desde aquí hasta el final queda algo menos de un minuto para disfrutar de la sencillez musical y de como la voz principal es admitida entre el grupo coral para fundirse en un solo sonido mientras el bucle armónico se aleja lentamente. 

domingo, 23 de septiembre de 2012

Palabras melosas 46. Rainbow


"I want you so bad don't turn away

what does it take to stay by my side

you know I'll do what you want me to

don't take away this feeling inside

I'm still in love with you"


I surrender
Rainbow


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Recuerdos de un pasado mejor


Tom Jones – Green Green grass of home

Una canción puede atraparte por muchas y muy diversas razones. La composición de hoy lo consigue de dos formas distintas. La primera de ellas se circunscribe a su forma musical, la segunda se esconde tras el sentido de lo cantado. Sin duda para que la segunda parte llegue hasta nosotros la primera debe ser suficientemente brillante como para picar en nuestra curiosidad y hacernos investigar un poco para regalarnos una segunda captura emocional. Eso será más adelante.


Los primeros cinco segundos los invade el dulce sonido de un órgano y una batería que nos indica el ritmo tranquilo que conducirá toda la creación. La canción fue compuesta como canción country y eso se deja notar con la llegada de las primeras voces en el segundo seis. Los coros se cruzan en nuestro camino para presentarse tímidamente. En el segundo quince aparece la voz principal con una capacidad sonora brutal. Sin apenas esfuerzos consigue llenar hasta el último resquicio de nuestros altavoces. Ese instrumento inigualable trae de la mano las notas que va desprendiendo el piano. En el segundo 34 los coros comienzan a apoyar la narración con una suave presencia que ganará enteros a partir del segundo 53 cuando comiencen a realizar segundas voces sobre la voz principal. Tres segundos después la percusión aprovecha la llegada del estribillo para cambiar su sonido. La batería se vuelve más ruidosa, más metálica. Ahora mismo ese sonido no es más que un golpeo diferente, más adelante veremos el significado tan visual que posee. 

Tras el estribillo la canción continúa con el mismo ritmo, con esa cadencia matemática que otorga la batería. Con esos coros en segundo plano y por encima de todos las cualidades vocales de Tom Jones. El tema sigue desgranando verso tras verso,  palabra por palabra, la alegría que sentimos cada vez que volvemos a casa tras un tiempo sin estar allí. La placentera sensación que se origina en nosotros al volver a saborear los lugares que nuestra memoria guarda en su rincón más privilegiado. Desde el 1'16'' a nuestro caminar se ha unido un grupo de violines que potencia aún más el poder de los recuerdos. Cuando todo el cuento parece encajar perfectamente, cuando casi podemos palpar nuestros recuerdos de juventud, cuando ya estamos a punto de cruzar el umbral de nuestro hogar llegamos al Punto de No Retorno. En el 1'56'' la voz principal deja de cantar para comenzar a hablar. Es entonces cuando vivimos casi treinta segundos embarcados en un momento exquisito por su calidad y su modo de expresarse.



¿Por qué las canciones en las que de pronto el cantante se pone a hablar suelen ser tan buenas? Sin venir a cuento, o incluso viniendo, la canción continúa con su ritmo normal, con su cadencia musical, con su estructura habitual, y sin embargo la voz principal decide dar un paso al frente para acercarse un poco más a nosotros. Nos está hablando directamente, como queriéndose apartar del resto de la composición. Como si de entre toda su audiencia nos hubiese elegido a nosotros para hacernos caer en la cuenta de su situación. En el texto que pronuncia Tom Jones, charlando, se encuentra el secreto que esconde la canción. Todo ha sido un sueño y nuestro protagonista se encuentra atrapado en la cárcel. Encerrado entre cuatro paredes aguardando que llegue el momento de su ejecución. Mientras esperaba en el corredor de la muerte soñaba con volver a tocar la hierba verde de su hogar y en este pequeño monólogo hablado descubrimos que volverá a su casa pero para yacer bajo esa hierba verde una vez que se ejecute su condena.

Ahora entendemos porque la batería se volvió más ruidosa allá por el segundo 56. Lo hizo para intentar avisarnos del mensaje final. Su sonido no es más que el que producen las cadenas de los presos al caminar. Hemos estado junto a nuestro narrador en sus últimos pasos mientras nuestra mente imaginaba esas verdes praderas. El protagonista ha despertado del sueño para vivir sus últimos instantes antes de adentrase en otro sueño, esta vez eterno.  

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